Este reciento religioso dedicado a todos los santos (ad honorem Sanctorum Omnium) alberga en su interior obras del siglo XV, además de tumbas de grandes personalidades como Sandro Botticelli y Amerigo Vespucci; fue emprendida como tal hacia 1251, por la Orden de los Umiliati procedentes de Lombardía que hicieron su llegada a Florencia en el año 1239.
Esta orden que se hizo conocida en Florencia por su dedicación a la perfección evangélica y a la pobreza estuvo avocada a hacer importantes donaciones para la construcción de su lugar de culto, que desde un principio estuvo dedicado a los Santos, especialmente a los no conocidos. Más adelante, su empeño por servir a la humanidad mediante la Iglesia fue mal vista por las grandes autoridades eclesiásticas, lo que originó la excomunión de muchos de sus miembros, que posteriormente fueron acusados de herejes; este hecho originó la desaparición de esta orden religiosa en el siglo XVI.
En el año 1560 la Iglesia pasó a manos de la orden Franciscana quienes encomendaron a Bartolomeo Pettirossi la reconstruccion total del recinto en 1627, para luego tomar el nombre de San Salvattore a Ognissanti, una de las primeras iglesias barrocas de Florencia.
El templo, que desde un principio se caracterizó por conservar en él obras góticas, como una Crucifixión al fresco de Taddeo Gaddi (pintor y arquitecto italiano), hoy en día muestra en su interior diversas reliquias de la historia Católica como el hábito que vestía San Francisco de Asís cuando recibió los estígmas en 1224, además de las numerosas obras del arte renacentista ubicadas en la Sacristía.
Horarios
Domingo misa a las: 9, 10.30,12, 18.30
(en las vísperas de fiesta a las 18.30)